Nuevamente vivimos la semana santa al interior de nuestras familias, pues sabemos que debemos cuidarnos y cuidar a quienes amamos.
La Iglesia nos ofrece la excelente oportunidad de recordar los misterios de la salvación realizados por Cristo en los últimos días de su vida. Excelente oportunidad, además, para que todos volvamos a recordar con fe y devoción la muerte y resurrección de Jesús.
Les invitamos a unirnos en oración los días jueves 01, viernes 02 y domingo 04 de abril, en un breve momento de reflexión y oración en familia.
CELEBRACIÓN JUEVES SANTO
(Jueves 1 de abril)
Hoy estamos en una semana especial, hoy jueves Santo celebraremos la mayor muestra de amor, cuando Jesús, antes de morir quiso celebrar una cena con sus amigos. Buscaron una sala amplia donde pudieran caber Él con sus doce apóstoles. Hoy queremos recordar lo que fue esa comida y hacer lo mismo que hizo Jesús en esa ocasión. Para eso vamos a leer en la Biblia cómo ocurrió todo aquello.
TEXTO BÍBLICO: Lucas 22, 7 – 20.
Llegó el día de la fiesta de los Panes sin Levadura, en que se debía sacrificar el cordero de Pascua. Entonces Jesús, envió a Pedro y a Juan diciéndoles: «Vayan a preparar lo necesario para que celebremos la Cena de Pascua.» Le preguntaron: ¿Dónde quieres que la preparemos? Jesús les contestó: «Cuando entren en la ciudad, les saldrá al encuentro un hombre que lleva un jarro de agua. Síganlo hasta la casa donde entre, y digan al dueño de la casa: “El Maestro manda a decirte: ¿Dónde está la pieza en la que comeré la Pascua con mis discípulos?” El les mostrará una sala grande y amoblada en el piso superior. Preparen allí lo necesario.»
Se fueron, pues, hallaron todo tal como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.
Llegada la hora, Jesús se puso a la mesa con los apóstoles y les dijo: «Yo tenía gran deseo de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer. Porque les digo que ya no la volveré a comer hasta que sea la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios.»
Jesús, tomando una copa, dio gracias y les dijo: «Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.» Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. “Hagan esto en memoria mía”. Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: «Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes».
Es Palabra del Señor// Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
Recordar la cena de Jesús y sus amigos, es volver a traer al corazón aquello que hoy celebramos en cada misa, Jesús se nos regala como pan de vida eterna, que el gesto de compartir el pan sea para nosotros un compromiso de amor, respeto y valoración de unos con otros.
Después de la breve reflexión, algún miembro de la familia toma el pan, lo levanta y ora del siguiente modo:
Padre Santo, bendice este pan que te presentamos. Está hecho del trigo de nuestros campos y por manos de chilenos, hermanos nuestros, bendícenos también a nosotros y a nuestras familias, bendice a nuestros hijos, bendice de manera especial a aquellos que están enfermos. Amén.
Para finalizar este momento de oración les invito a que en familia podamos decir la oración del PADRE NUESTRO, pidiendo una bendición especial sobre cada uno de nosotros.