Resignificar es darle un significado distinto a un hecho o situación; es volver a darle un valor o sentido diferente a algo que estamos viviendo.
¿Resignificar qué? En estos momentos de crisis, no podemos quedar exentos de muchas emociones que nos surgen día a día; rabia, pena, miedo, angustia, incertidumbre, etc… y no tenemos que tener rechazo al sentirlas, puesto que es normal que en períodos de dificultad, las personas experimenten dichas emociones. Sin embargo, hay algo que nos puede ayudar a sobrellevar este caos interno; la resignificación; ¿resignificación de qué?, resignificación de esta situación, de esta vivencia; ya que nos permite mirar de una forma más positiva este evento inesperado para todos; ¿y cómo podemos hacerlo?, analizando con calma dicha situación, evaluando en qué estábamos antes de esto, cómo estábamos viviendo, ¿tranquilos, acelerados, estresados, preocupados?, y mirando ahora como está nuestro presente, cuáles son nuestras prioridades ahora, analizando cosas que habíamos dejado de hacer por vivir “acelerados”, por ejemplo; cocinar con los niños, observar las habilidades que tu hijo/a tiene para dibujar o bailar, lo cual no habías visto antes, las largas conversaciones diarias que ahora puedes tener con tu familia y que el tiempo no apremia o simplemente no estar preocupados por la hora, porque vamos a llegar atrasados, etc… , simplemente aprender a vivir de una nueva manera, apreciando y valorando más aún las cosas simples de la vida, que quizás por el ritmo que antes teníamos o por otros factores, no podíamos hacerlo.
No dudemos en que resignificar esta experiencia o vivencia nos ayudará a superar la invasión de emociones que nos disgustan, nos permitirá mirar desde una perspectiva menos agotadora y angustiante y además nos fortalecerá para tener más valor para superar este momento. Recordemos que toda experiencia, ya sea negativa o positiva nos aporta un aprendizaje en nuestra vida y eso es lo valioso; finalmente, luego de esta crisis, sumaremos un nuevo y gran aprendizaje en nuestra historia de vida. Después de todo, no todo es tan malo.
Tengamos presente que éste es un tiempo para pensar, analizar, reflexionar y sacar lo mejor de nosotros mismos/as como personas, lo cual nos aportará con herramientas para resignificar esta experiencia en algo positivo finalmente. Vivamos esta crisis como una oportunidad de crecimiento personal y transmitámosla a nuestros hijos/as.
*Los invito a reflexionar: ¿Cuál es la propia resignificación que usted puede hacer de esta experiencia?
Isabel Hadad R.
Psicóloga
Escuela San José
psicologia@laprovidenciarecoleta.cl