Sin duda alguna, este año, ha sido una tremenda experiencia para muchas personas; un año lleno de aprendizajes, vivencias, emociones y cambios. Posiblemente, sobretodo en un principio, muchos sintieron miedo, pero luego, con el tiempo ya fueron adaptándose a esta nueva realidad. Se experimentaron cambios a nivel escolar, social, familiar, laboral, etc. los cuales son importantes de analizar para finalmente observar si se ha adquirido algún aprendizaje de ello.
A nivel escolar, el hogar, pasó a ser la escuela del estudiante; ustedes, los padres, pasaron a ser los segundos profesores de sus hijos, tuvieron que entender materias nuevas para explicarles y evitar las frustraciones propias que genera esta nueva modalidad. Los docentes “entraron” en su hogar, para, a cómo de lugar, seguir manteniendo una cercanía y vínculo con el estudiante, haciendo su máximo esfuerzo para que ellos/as sigan aprendiendo, a pesar de las dificultades.
A nivel social también se han ido experimentando cambios, hemos tenido que ir respetando ciertas normas, formas de autocuidado y protocolos; salir en horarios permitidos y con las medidas de protección adecuadas; también hemos tenido que aprender a respetar el espacio del otro.
A nivel familiar, las relaciones con la familia, han cambiado, muchas veces privándonos de un simple saludo con un beso o un abrazo al encontrarnos. Hemos tenido que adaptarnos a tener conversaciones “virtuales”, muchas veces enseñando a los más mayores de la familia a cómo hacer uso de la tecnología.
En lo laboral, si desafortunadamente alguien de la familia perdió su trabajo, ha tenido que bancarse la rabia, el miedo y la angustia de perder esta fuente económica que da sustento a la familia. Si afortunadamente sigue con trabajo, quizás ha tenido que acostumbrarse a una nueva modalidad de “teletrabajo”, la cual tiene aspectos positivos y negativos, o simplemente si tiene que salir a trabajar fuera del hogar, tiene que lidiar con el miedo de contagiarse y enfermar a su familia.
Quiero destacar que toda experiencia de vida, trae consigo emociones y lo importante es saber que todas ellas las cuales usted y su familia han sentido durante este período, ya sean agradables o desagradables, tienen una función y son adaptativas. Por ejemplo, no es malo sentir miedo, porque ésta cumple un papel de supervivencia, ya que nos sirve para protegernos de los peligros, en este caso asociados a esta pandemia. Así es que no deben valorar negativamente esta emoción y por ende la experiencia que consigo trae.
Seguramente usted y su familia han experimentado muchas más vivencias durante este complejo período; positivas y negativas, las cuales son importantes de conversar y analizar; es un ejercicio liberador, sanador y al compartirlas con su familia, se le generará una grata sensación de apoyo y contención. Es fundamental que los niños/as y jóvenes también puedan compartir sus experiencias con ustedes, a pesar de que a veces les cueste generar una adecuada comunicación con ellos; induzca la conversación, motívelos a expresar y observen, disfruten de esta experiencia familiar, donde cada uno aporta desde su vivencia.
Reflexionemos: *En general usted, ¿cómo evaluaría este año?
Isabel Hadad R.
Psicóloga
Escuela San José
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