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Las emociones y el coronavirus

Este texto invita a reflexionar sobre la importancia de las emociones; por ejemplo, el miedo, el cual para muchas personas, no ha estado exento en el diario vivir durante esta pandemia. Además se ejemplifican formas de cómo sobrellevar esta emoción y cómo podemos ayudar a los niños y niñas a canalizarla. También es una invitación a indagar en las propias emociones, para observar cuáles estamos experimentando y de qué forma, en estos tiempos de crisis.

“Las emociones y el coronavirus”

Qué son las emociones

Las emociones son una reacción o estado afectivo que todas las personas experimentamos y viene acompañada con manifestaciones en el cuerpo. Algunas de ellas son la alegría, pena, rabia, miedo, vergüenza, entre otras.

Durante este tiempo de pandemia no hemos estado ajenos a algunas de estas emociones; posiblemente unas de las más experimentadas ha sido el miedo, generado por la incertidumbre o inseguridad que nos provoca esta situación de estrés para muchos, es por ello que vamos a profundizar en esta emoción.

El miedo es una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Contextualizándolo a la situación actual por la que atravesamos; por ejemplo, podemos sentir miedo con el sólo hecho de pensar o imaginar que podríamos enfermarnos de coronavirus. Es acá donde el poder de nuestra mente cobra relevancia; para evitar que nuestros miedos se salgan de control, provocándonos otros síntomas como ansiedad y angustia; por ejemplo, debemos tratar de pensar en todo lo que estoy haciendo bien, para no contraer la enfermedad; además constantemente debemos darnos un mensaje de calma, sobre todo cuando los miedos empiezan a emerger; por ejemplo, “esto va a pasar”, “saldremos sanos de esto”, “me cuidaré y cuidaré al resto”, etc., también realizar ejercicios de respiración, nos permitirá llevarnos a un espacio de calma. Debemos tener claro que hay que hablar de los miedos y no bloquearlos, compartirlos con una persona de confianza que no juzgue, que no lo tilde de “negativo” por pensar en cosas “malas”; es sanador poder expresar las emociones y más aún cuando hay un otro que escucha, acoge y contiene; quizás sus miedos, son los mismos miedos del otro, lo importante es darle cabida a la emoción, pero que no nos embargue, o sea, dar espacios para sentirla y expresarla, pero luego dar paso a otras emociones, sentimientos o pensamientos más optimistas. “Los adultos, para entregar contención emocional a sus hijos requieren de redes que les entreguen soporte emocional. Las  personas buscan encontrar resonancia emocional y estar con otros con los que puedan compartir sus temores y sus sentimientos”, Milicic, 2014

Finalmente es importante saber que, sentir miedo no es malo ni negativo, es necesario sentirlo porque nos permite alertarnos y protegernos del peligro, por ejemplo, si no sintiéramos nada de miedo respecto a contraer coronavirus, probablemente no tomaríamos ninguna medida de protección para no contagiarnos y por ende tendríamos más posibilidades de contraer la enfermedad.

Posiblemente, los adultos pueden hacer de mejor manera estos ejercicios, para controlar sus miedos, pero también debemos ayudar a los niños y niñas a aprender a controlarlos, ya sabemos que somos los adultos quienes debemos ayudarlos y guiarlos para que logren gestionar sus emociones de una adecuada manera. Lo que debemos hacer es que logren identificar lo que les provoca miedo, a qué le temen, que lo conversen con un adulto, que logren entender que el miedo es una emoción que es propia del ser humano y es normal sentirla, nuestro deber es acompañarlos y darles seguridad, también podemos ayudarlos a que evoquen imágenes tranquilizadoras con las que logren sustituir sus miedos.

 

Sin embargo, durante estos tiempos no todo ha sido sentir miedo, también no podemos dejar de lado otras emociones, como la alegría por ejemplo, que quizás para algunas personas no es tan frecuente sentirla por estos días, pero debemos tener presente que siempre hay algo porque sonreír o alegrarse; el sólo hecho de poder estar más tiempo con la familia, podría ser motivo de alegría, sin embargo sabemos que ésta no es una posibilidad de todos los padres, ya que algunos deben seguir saliendo de su hogar, delegando el cuidado de sus hijos a otras personas, pero de todas formas debemos tratar de buscar cosas que nos generen pensamientos más positivos y alegres, para que esta crisis sea más llevadera.

Como hemos visto, a lo largo de este período, hemos experimentado distintas emociones y no debemos tener temor de vivirlas, es parte de ser humanos y de sentirnos vivos.

Es importante tener presente que durante este período de crisis sanitaria vamos a experimentar diversas emociones, lo importante es saber gestionarlas, guiarlas, que no nos desborden; por ejemplo, si tengo miedo, que éste no me sobrepase a tal nivel que por las noches no pueda dormir, por ejemplo.

Para finalizar, los quiero invitar a pensar sobre sus propias emociones, reflexionando ¿cuál o cuáles son las emociones que más he sentido en este último tiempo?, ¿por qué las he sentido?, ¿qué le ocurre a mi cuerpo cuando siento tal emoción?, ¿qué hago cuando experimento algunas emociones?..

Isabel Hadad R.

Psicóloga

Escuela San José

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