En los inicios de esta pandemia, muchas escuelas pensaron replicar el modelo educativo en los hogares de los niñas y niñas; pero a medida que fue pasando el tiempo, se observó que tal acción no podía ser real, ya que las condiciones no eran propicias para hacerlo; muchos niños y niñas no se encontraban en igualdad de condiciones para seguir adquiriendo aprendizajes formales en casa, de la misma manera cómo lo hacían en la escuela, ya sea por diversos motivos y principalmente porque una pandemia, no lo permite, porque el nivel de estrés que se genera en muchas familias, hace que las condiciones no sean favorables para replicar los aprendizajes escolares de la forma que se pretendía en un inicio. Sin embargo, las comunidades educativas siguen intentando y perseverando para llevar los conocimientos a los hogares de los niños y niñas, conocimientos que son recibidos de distintas maneras, en cada caso particular. Sin embargo, el objetivo fundamental de la escuela, hoy en día, además de que los estudiantes sigan adquiriendo contenidos y aprendiendo, es la mantención y el fortalecimiento del vínculo escuela-estudiante y apoderado, ya que el principal interés, más allá que los estudiantes logren aprendizajes formales, es poder mantenerse en contacto con ellos y sus familias, conocer su situación actual emocional, para buscar formas de apoyarlos y que sientan que la escuela no los ha dejado de lado, sino que todo lo contrario, que está presente para ayudarlos, fundamentalmente en sus necesidades actuales. Esta pandemia en muchos casos, ha sido una ocasión para fortalecer los vínculos de la escuela con sus estudiantes y apoderados.
Para muchas personas, esta crisis, ha sido también, una oportunidad de resignificar (darle otro significado) su rol en la vida. La escuela ha tenido que re pensar el trabajo que realiza; los docentes, han tenido que reflexionar sobre nuevas formas de enseñar y que el aprendizaje llegue a todos los niños y niñas idealmente. Ésta es una oportunidad de resignificar el sentido de la escuela como una institución, que no sólo traspasa conocimientos y aprendizajes formales, sino que también entrega apoyos emocionales y contención a quienes lo necesiten, teniendo presente que primero ponemos a la persona y después al rol.
La invitación es, a que como padres y apoderados, podamos promover esta nueva visión de escuela, haciendo lo posible por integrar no sólo aprendizajes formales, sino que también permitiendo que se fomenten aprendizajes socioemocionales en los estudiantes, que son fundamentalmente los aprendizajes para la vida; por ejemplo, el manejo de las emociones, sentir y mostrar empatía por los demás, el trabajo en equipo, la resolución de conflictos, entre otros.
Por último, decir, que esta pandemia, para todos; niños y adultos, es y será una gran experiencia de vida, que sin duda, marcará nuestra historia y donde experimentaremos un tremendo aprendizaje, en el cual la escuela no ha quedado ajena, ya que siempre pretende estar presente, apoyando en los requerimientos de sus estudiantes y apoderados y desde ahora en adelante, haciéndolo de una nueva forma.
Isabel Hadad R.
Psicóloga
Escuela San José
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