El viernes 22 de octubre, en la capilla San José , celebramos la misa de aniversario por nuestros 107 años al servicio de la formación y educación de niñas, ninos y jóvenes. Posteriormente, en un compartir fraterno, la profesora Constanza Niño, quien trabaja con nosotros hace cinco años siendo profesora jefe y de Historia, además de colaborar con el centro de estudiantes, nos entregó un emotivo mensaje, el cual compartimos a continuación.
Mensaje de Celebración 107 años Escuela San José de Recoleta
Estimadas y estimados colegas, Comunidad San José
Estoy aquí junto a ustedes, porque se me ha pedido entregar un mensaje. Un mensaje de celebración por los
107 años de la fundación de nuestra escuela. La gran escuela San José de Recoleta, una escuela que no solo ha
visto crecer por años a niñas, niños y jóvenes, sino que también nos ha permitido aprender y re-aprender en tiempos
complejos, en tiempos dinámicos, en tiempos nuevos, pero por sobre todo inciertos. Sin duda querida Comunidad,
estamos viviendo tiempos de cambios y tiempos de profundas transformaciones, ya sea en lo social, en lo cultural, en
lo económico, en lo político, en lo tecnológico, en lo profesional, e incluso también en aquello más personal, y espiritual.
Pero este tiempo querida Comunidad, es nuestro tiempo, es el tiempo en que nos ha tocado vivir, y lo hemos
vivido aquí, en nuestra escuela, junto a nuestras compañeras, a nuestros compañeros, junto a nuestros amigos, junto
a nuestros estudiantes y junto también a nuestros apoderados, porque siempre, a pesar de la distancia, hemos estado
juntos.
Antes de continuar este humilde mensaje, permítanme contarles algo;
El día de ayer en un 3°Básico, aprendiendo sobre la importancia de los acueductos en la vida de los romanos,
una estudiante levanta su mano frágilmente queriendo participar y nos dice; “Los romanos fueron grandes
constructores porque hicieron acueductos que transportaban el agua para su pueblo y no morir”. En esa simple frase,
sentí el propósito providente del legado de las Hermanas, cuando decidieron lanzarse a la aventura de hacer
comunidad en un espacio totalmente desconocido, siendo creadoras y constructoras en la formación de niñas y niños,
y a su vez, colaboradoras activas en la ayuda de enfermos y ancianos. La misión de estas mujeres valientes hace 107
años atrás, no solo fue educativa, sino también social, profundamente espiritual, pero tenazmente transformadora, ya que fueron estas mujeres, la fuerza, la energía para canalizar la esperanza y entregarle al “pueblo vulnerado”, lo
necesario, lo esencial para no morir también en tiempos sumamente inciertos.
Quería contarles esa historia, porque en lo personal me permitió reflexionar y poder estar aquí hoy frente a
ustedes, ya que sentí en ese aprendizaje, el mensaje, la huella, la semilla transformadora con la cual como profesora
de esta escuela quiero re-encariñarme, y que, si bien a veces nos confundimos en el camino, nunca, pero nunca
debemos olvidar lo que dijo nuestra Madre Bernarda que “somos un cuerpo, un solo corazón, una sola alma”. Y es en
esta celebración de aniversario, es que quiero vincularme con el propósito creador y creativo del legado de las
Hermanas, qué es hacer Comunidad, en unidad, en colaboración, en confianza y en solidaridad, y que a pesar de las
diferencias y los desencuentros que en muchas ocasiones nos han distanciado e incluso quebrado relacionalmente.
Como profesora de esta gran escuela, bueno, lo dicen los estudiantes y sus apoderados según la Encuesta de
satisfacción 2021, y como mujer formadora de este espacio, pido a Dios, que este aniversario 107 de nuestra escuela,
no solo sea un día para recordar, sino que por sobre todo, renovar nuestro vínculo, nuestra confianza, nuestra Fe en
el propósito providente, un propósito que solo logré comprender en relación y en dialogo con mis compañeras.
Gracias Anita por enseñármelo.
El desafío querida comunidad, para continuar dejando huellas en nuestra escuela, al más puro estilo de mujeres
valientes, no solo es gigantesco, sino también monumental, como las grandes edificaciones romanas, bien lo sabe
Susane quien ha podido visualizar la majestuosidad de las construcciones europeas. Ella como conocerá de mundo,
podrá confirmarnos que, para ser grandes constructores y maestros, tenemos que proyectar, visualizar, trabajar y
lanzarse a la aventura de la vida.
Que quiero decir con esto, es que tenemos por delante el gran desafío de construir los nuevos tiempos,
formando personas preparadas para la nueva vida, el buen vivir, el respeto por el otro, y el cuidado de nuestra Madre
Naturaleza. Ahora, no sé cómo terminará esta nueva aventura que estamos iniciando, pero siento, que la nueva fuerza
que mueve al mundo debe ser encaminada desde nuestra propia fuerza creativa, una fuerza que, sin duda, nos
ayudará a guiar a nuestras niñas, niños y jóvenes a la Buena Vida y al Derecho de Vivir en Paz. He ahí la importancia
de seguir aprendiendo juntos.
Estimado equipo, no podía negarme a este mensaje, ya que cada espacio para expresar es una oportunidad
para abrir caminos y celebrar la vida. Con todo esto les digo, pasen ustedes unos Felices 107 años de vida, y que el
espíritu providente nos siga llenando de luz, de fuerza, nos colme de amor, nos rodee de paz, y nos rejuvenezca la
esperanza para quitarnos el miedo hacia lo desconocido, para confiar en el otro y sus capacidades, para sanar lo
enfermado o desilusionado, para humanizar lo deshumanizado, para entregarle al otro, lo que estoy dispuesta a recibir.
Está en mí, está en nosotros hacer que este nuevo año de vida de nuestra escuela, se reconstruya desde el
dialogo reflexivo, desde el aprendizaje, desde la mejora, pero por sobre todo desde el amor al otro.
Gracias por permitirme estar aquí.
Atte.
Profesora Constanza Niño
Mensaje Celebración 107 años escuela San José
